01 Feb 2010 - Buenos Aires, Argentina - Eduardo García Barassi
Paula Ormaechea, la nueva esperanza argentina
Tiene apenas 17 años pero el medio tenístico argentino se ilusiona con encontrar en ella a la futura estrella del deporte femenino en el país: Paula Ormaechea, 1.69 m de garra y ambición por cumplir sus sueños, debutará como singlista en la Fed Cup por BNP Paribas el próximo fin de semana ante Estonia. Será su primer paso de trascendencia mundial en un camino que se presume tan largo como fructífero.
“Si sigue aprendiendo y trabajando, pensamos que en tres años puede estar entre las mejores 20 del mundo”, se ilusiona su entrenador, Claudio Sosa. “Es una chica muy luchadora, que le pega fuerte de fondo y con revés a dos manos. Tiene un gran futuro”, agrega Ricardo Rivera, capitán albiceleste.
Ormaechea, nacida en Sunchales, una pequeña ciudad de la provincia de Santa Fe que se sustenta principalmente con la industria agrícola-ganadera y sin ninguna historia en el tenis grande, es el mascarón de proa de una generación todavía en formación que, en una nación apasionada por el tenis, debe lidiar con el hecho de estar en el Grupo Mundial II.
“Tenemos que empezar de cero. Siendo así, al tener una chica con 17 años que es un buen proyecto, priorizamos a las que mayores posibilidades tienen de jugar bien al tenis entre las que vienen desde abajo empujando”, justifica Rivera, que no puede contar con Gisela Dulko. La 35 del mundo decidió el año pasado no jugar el repechaje de la Fed Cup.
Que la santafesina juegue en Tallinn deberá ganárselo en esta última semana de entrenamientos, pero Rivera no dudó en apostar por ella para la eliminatoria pese a ser la 13 de su país y la 430 del ranking de la WTA: “Creemos que, sacando a Gisela, que es otro nivel, ella tiene el mismo nivel que las demás. Está ‘verde’ pero en los últimos meses progresó mucho, por eso le damos la oportunidad para que la aproveche”.
Una admiradora de las Williams que se prepara para el tenis del futuro
Autodidacta por naturaleza y poseedora de una obsesión por ganar que a veces se le vuelve en contra, Paula empezó a jugar al tenis con tres años y se derrite viendo a Roger Federer y a las hermanas Williams, principalmente a Serena, a quien intenta imitar.
“Intentamos incorporarle que varíe más el juego porque alguna vez va a enfrentarse a una jugadora que es más fuerte que ella y pegando y pegando no le va a ganar. Que juegue más como los varones, con más efectos, variando más sus tiros. Es el tenis femenino que se viene”, revela su ‘coach’, que la descubrió a los 12 años.
“La ví en un torneo. Gritaba que quería ganar el partido, peleaba y me llamó la atención”, recuerda Sosa, que tiene grabada una imagen en su memoria que define la personalidad voraz de Ormaechea.
“Ella y el padre dormían en el coche para poder ir a unas clínicas porque no tenían dinero para pagarse un hotel. Había veces que el padre no tenía para pagarse el curso y los escuchaba desde afuera para aprender. Eso me mostró la determinación de ellos por llegar. No todo el mundo hace eso. Ahí me la llevé a Buenos Aires”.
La Fed Cup como aceleración de un proceso
En el devenir de su aprendizaje se cuela la Fed Cup. “Llevándola estamos ayudándola a que ella crezca un poco más rápido. Va a vivir experiencias con las que va a quemar etapas más rápido”, afirma Rivera, que sabe que comparativamente está en desventaja. “Hoy tenés rusas de su edad que están hace tres años jugando en el circuito. Los sudamericanos somos siempre mas lentos en salir”.
Sosa celebra la citación: “Jugar el año pasado (el dobles contra Ucrania en la derrota por 5-0 que hizo descender a Argentina) le hizo cambiar mucho su cabeza y su manera de entrenar. Tuvo un final de año muy bueno gracias a eso”.
Fanática de la película “Titanic” y de la serie televisiva de drama adolescente “Gossip Girl”, Ormaechea piensa en grande. “Quiero ser la mejor del mundo”, suele decir. El tenis argentino reza para que su sueño se vuelva algún día realidad.
Link:
http://www.fedcup.com/es/news/newsarticle.asp?articleid=12678